Aprovechando que el foro está paradete, haré una pequeña crónica de lo vivido en Los Ports. Como siempre, la atención de la organización estuvo muy bien con el briefing de bienvenida y regalos varios (chubasquero, pastitas típicas de la zona, etc)
Mientras cenamos el dia de llegada vemos a tres mozas bikers y pensamos ¿será posible?
Damos una vuelta por Beceite y presentamos credenciales , al primer bar que vemos racion de gintonics para los calamares, fin de semana duro, seguro.
El sábado iniciamos la ruta con muchas ganas, el tiempo parece ideal, no hace frío. Llegamos al pantano de Pena en el Matarraña turolense y primer percance, unos calamares embrutecidos hasta los codos se pasan un cruce y se cascan kilómetros extras. En nuestra espera del retorno de los calamares pasados de vueltas nos adelantan las tres bikers chino-chano. Primeras risas, el tema promete.
La zona del Matarraña nos deja flipados, es un paisaje desconocido por nosotros, acostumbrados a ciclar por grandes bosques con altos árboles al lado de montañas majestuosas. Aquí todo es diferente, la altitud no es lo importante, la vegetación escasa , las montañas bajas y pedregosas, pero con formas esculpidas por el tiempo que le dan un aire extraño, solitario, especial. A media mañana ya nos encontramos turrón extraduro, un descenso que nos deja sin aliento, pasamos a las chicas, que lo único que pueden hacer es apartarse para ver a una panda de chalados que bajan por una zona llena de piedras bastante tecnica.
El segundo dia transcurre tranquilo, pasando kilómetros y comentando y riendo sobre cosas banales, la olleta del dia anterior y la cena empieza a remover intestinos de algun calamar que sin pudor ninguno suelta sus aires al monte. Paramos a comer en Ballestar, comemos divinamente y nos pegamos nuestra racion de Olleta, al rato llegan las chicas, jajajeje.
Nos esperan 9 km. de ascensión a un puerto de montaña por carretera, al pricipio parece aburrido pero sobre el km. 3 el grupo delantero empieza apretar, el grupo se alarga, parece una etapa de la vuelta y en el ultimo km. justo después de oir un “el último km. lo subimos todos tranquilos” se desata la tormenta Ricardo aprieta, Manel a su rueda, pitu que no aguanta, Franchu se queda, yo estoy a punto de explotar, en fin, lo típico. Llegamos al punto de sellado a las afueras de Fredes y nos encontramos al colega que nos indica muy amablemente que hay una pista forestal que nos lleva a Fredes sin pisar mas AFARTO. a por ella. Pista divertidisima que nos deja en las puertas del hostal. Cenamos como dioses. En este pueblo no hay cobertura, hay que llamar a casa desde una cabina....... pensaba que eso ya no existia.
Las nubes estan cargaditas y unos truenos y rayos nos hacen pensar que no mejora sino todo lo contrario. Hacemos caso a Ricardo que como buen montañero que es nos dice que hay que resguardarse hasta que pase la tormenta. Nos metemos en un refugio cercano los 9 calamares, los tres maños, las tres chicas, afarto y 4 senderista que ya estaban dentro. 20 personas en un refugio de 4.
Y en ese momento empieza a caer granizo. menos mal que hay techo. La tormenta pasa y seguimos nuestra ruta, por otro descenso no ciclable, ahi nos mosquemos bastante, no entendemos esa bajada con la bici a cuestas para luego remontar por pista. La zona es muy bonita, llena de hayedos y vegetación alta y frondosa, nada que ver con la primera parte de la ruta. Llegamos al Faig Pare pedazo de haya, fotos de rigor y a seguir. estamos mojados, las bicis llenas de barro y nosotros cansados. Llegamos a Caro, pedimos una manguera para lavar las bicis y no hay ninguna disponible. ¿como puede ser?. Ducha de rigor, cervezas, cenas y gintonics.
En los estiramientos musculares, ya nadie guarda las formas, los potajes típicos de la zona hace que los gases salgan del cuerpo sin problemas, no hay pudor, no hay manias, en este momento nace alguien desconocido por nosotros hasta la fecha, el gaseoso.
Último dia, desayuno y pedales, aquí en Caro es tal vez el mejor desayuno de la ruta, no falta de nada, huevos, bacon, etc. dia muy pistero en claro descenso, pistas anchas y con baches que cruzan la pista, se coje mucha velocidad y esos saltos hacen volar las bikes, puntas de 55km/h junto con los saltos son del difrute de los calamares, curvas cerradas hacen que todos lleguemos a la curva al mismo tiempo y nos metamos por el interior de la curva al mas estilo motocros, hasta sacabamos el pie del pedal. Simplemente espectacular. Nos metemos por una zona de turrón delicioso, dificil pero ciclable, Lolo da con sus huesos en el suelo, es precio a pagar ante tanto embrutecimiento.
Llegamos a la zona dels Estrets, zona donde el rio Estret se ha hecho paso entre montañas de piedra tipo Montserrat, el mismo denivel del rio hace que se formen unas balsas de agua cristalina y transparente ideal para bañarse en verano. Esta zona pienso volver a visitarla con la familia este mismo verano. me quedé maravillado. Dejado esta zona atras llegamos al pueblo de Arnes, donde hacemos la ultima comida y damos buena cuentas de todos los orujos del restaurante. La llanta y la cubierta de Angel vuelven a divorciarse. solo quedan unos 12km. hasta Beceite, el grupo va despacio, parece que no se quiere llegar, nadie quiere que se acabe, es como volver a la realidad, a la rutina, al dia a dia, pero todo lo bueno se acaba. Lo único bueno de que se acabe es que ya podemos empezar a pensar en la próxima. Porque habrá próxima, y despues otra, y otra, y otra.
Tenemos casi todas las fotos colgadas en un album en nuestro grupo de facebook.