Después de los pronósticos de que era probable que nevara a cotas bajas, me levanto espectante mirando por la ventana a ver si aquello era cierto, está claro que Tomás acertó, de echo aún nevaba, me abrigo y después de un escueto desayuno y un café bajo a la calle. Es sábado y siempre hay alguien en los taxis, donde siempre quedamos. No habrá mejor día para salir en bici, pienso, esto no pasa todos los días, la montaña debe estar preciosa y pisar nieve virgen en bicicleta es sin duda una gozada. Aún así no hay nadie...bendita locura la mía pienso.
Aún así salgo al monte. Llevo la cámara y pienso para mí, me doy una vueltecita de un par de horas hago unas fotillos y después me subo con las niñas a disfrutar de la nieve que hace tiempo que les digo de ir a ella y no puedo desaprovechar que la nieve viniera a nosotros. Así que más o menos así fue. Eso sí con el arte que tengo de complicarme la vida, en el primer sendero que se me cruza me meto en él, de echo estaba precioso. Pero la pega es que era complicado transitar por él. Las ramas de los arbustos por el peso de la nieve obstaculizaban el paso y había de hacerme paso con el cuerpo literalmente, me costó bastante salir de él y llevaba nieve hasta las cejas, lo que creo que tiene bastante culpa de la parte del resfriado que tengo hoy. ¡¡¡Ahora que empezaba a salir de la gripe!!! : (
Robo una frase que me gusta:
En la vida se pueden hacer muchas cosas, después ya no...(o algo así)
Salut.
Ricardo.
9 a.m. Coll de Can Corbera
12 a.m. Coll de Can Corbera