GR5 Montseny.
Como la gestación y el parto fue largo y doloroso, pasamos de puntillas por el asunto jeje.. Pero cierto es que esta ruta tiene un encanto especial.
Una vez superado los tramos mas pisteros y pasado Can Riera de Ciuret, nos adentramos en un bosque muy tupído y frondoso, todo un placer para los sentídos notar el crujido de las hojas al paso de la bici, mientras los sentidos de la vista y el oído se recréan observando numerosos arroyos que bajan cargados de agua cristalina.
Como digo, la gestación fue dificil. Pero una vez puestos en marcha todo salio redondo, tanto que a media mañana teníamos la ruta casi terminada.
Decidimos improvisar un plan, y tras un largo y reconfortante descanso en una zona arbolada muy poblada de castaños, reiniciamos una ruta improvisada siguiendo una variante del GR5 que a tramos resulta verdaderamente muy exigente, excepto para Alfonso, que divisando a lo lejos las antenas del Turó parecia verdaderamente excitado ante tamaño panorama ( La pasión que Alfonso siente por las antenas roza lo enfermizo jeje) lo dicho, con el turó de fondo en lugar de ír en bici parecia subido a una moto, casi no conoce límites.
Ya solo queda disfrutar a tope de la bajada, me voy ahorrar adjetivos, el sendero que nos lleva al pueblo del Montseny es fantastico y turroneamos como manda la ocasión.
En Can Manel recuperamos el aporte calorico que perdimos en la subida, buen trato y buen precio, a tenerlo en cuenta para las proximas ocasiones.
Maloserá.
Cuanto mundo y que poca vida.
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